viernes, 4 de septiembre de 2015

PAROLE NERE..."JUAN RAMÓN JIMÉNEZ"

¿Soy yo quien anda, esta noche, Emoticón heart
por mi cuarto, o el mendigo
que rondaba mi jardín,
al caer la tarde?...
Miro
en torno y hallo que todo
es lo mismo y no es lo mismo...
¿La ventana estaba abierta?
¿Yo no me había dormido?
¿El jardín no estaba verde
de luna?... ...El cielo era limpio
y azul... Y hay unas nubes y viento
Y el jardín está sombrío...
Creo que mi barba era
negra... Yo estaba vestido
de gris... Y mi barba es blanca
y estoy enlutado... ¿Es mío
este andar? ¿Tiene esta voz,
que ahora suena en mí, los ritmos
de la voz que yo tenía?
¿Soy yo, o soy el mendigo
que rondaba mi jardín,
al caer la tarde?...
Miro
en torno... Hay nubes y viento...
El jardín está sombrío...
...Y voy y vengo... ¿Es que yo
no me había ya dormido?
Mi barba está blanca... Y todo
es lo mismo y no es lo mismo...
Juan Ramón Jiménez

PAROLE NERE..."FEDERICO GARCÍA LORCA"

FEDERICO GARCÍA LORCA



Dicen que Lorca era capaz de iluminar cualquier reunión, de esas que se celebraban entonces, en algunas casas de la burguesía ilustrada, y en las que uno imagina un gran salón con piano, un patio empedrado con chinas más bien pequeñas y un servicio de uniforme con la sonrisa muy bien educada. En algún momento alguien le pedía que recitara algo y entonces quizá cogía una guitarra y entonaba una seguiriya al estilo de Manuel Torres con la voz un poco rota, según cuenta Santiago Ontañón en Unos pocos amigos verdaderos. También podía ponerse a tocar el piano o a cantar canciones populares; a recitar fragmentos de una de sus obras de teatro o a imitar a una vieja comadre granadina. Al parecer Federico era un juglar capaz de invocar el duende de la alegría, pero como bien sabía el duende siempre es “oscuro y estremecido, descendiente de aquel alegrísimo demonio de Sócrates, mármol y sal que lo arañó indignado el día en que tomo la cicuta…”
Emoticón heart
Amor, amor
que estoy herido.
Herido de amor huido,
herido,
muerto de amor.
Decid a todos que ha sido
el ruiseñor.
Bisturí de cuatro filos,
garganta rota y olvido.
Cógeme la mano, amor,
que vengo muy mal herido,
herido de amor huido,
¡herido!
¡Muerto de amor!
Federico