MAY ACEBES & RMT
Parole Nere es el espacio donde May Acebes da voz a los libros que, bajo su prisma, tienen algo que contar y transmitir. Repasando siempre un poco la biografía de cada autor, así como la esencia del libro que recomienda, cada semana pretende invitar a la lectura a todo aquel que quiera adentrarse en este maravilloso Arte.
martes, 28 de marzo de 2017
PAROLE NERE..."DONDE VAIS A ENCONTRAR UN PADRE COMO EL MÍO"
Dónde vais a encontrar un padre como el mío
Autora: Rossana Campo
Dónde vais a encontrar un padre como el mío es una deliciosa y tierna novela sobre el amor de una hija por su padre, a pesar de ser un bala perdida y un alcohólico violento.
martes, 21 de marzo de 2017
PAROLE NERE..."GLORIA FUERTES"
CENTENARIO GLORIA FUERTES
Gloria Fuertes había nacido en una
familia humilde y republicana de Lavapiés, su hermano pequeño y compañero de
juegos murió en un bombardeo y su madre solía castigarla si la descubría
leyendo o escribiendo. La marginalidad y el dolor formaban parte de su piel,
pero ella, luminosa siempre, decidió sonreírle a la vida. En su libro, Jorge de
Cascante recupera una anécdota que resume perfectamente la genialidad y temprana
sabiduría de la escritora: como en el colegio le ponían ceros como una casa,
ella, harta de sus malas notas, decidió invertir el sentido de la peor nota
para convertirla en la mejor. Y así empezó a puntuarse a sí misma en sus
cuadernos, diarios, dibujos y poemillas con una tabla de medir que iba del cero
(muy bien) a los tres ceros (excelente). Contenta, se paseaba por la España de
la posguerra en bicicleta, pantalón y corbata fascinando con su descaro a sus
compañeros de las grutas del postismo, movimiento literario que promovía el
“culto al disparate”.
Francisco Nieva, postista también, la definió
así: “Era una mujer nueva, que se enfrentaba con ternura a los hombres, tan
brutos ellos, no era una maestrita repipi, era un compañero perteneciente a un
tercer sexo divino que rompía con todo en aquella España de hierros y caspa, y
el resto la mirábamos fascinados ante su aspecto y sus palabras, Rimbaud y
Jarry habitaban en Gloria”. Lesbiana, la muerte en 1971 de su gran amor y
compañera durante 20 años, la hispanista norteamericana Phyllis Burrows
Turnbull, la sumió en una honda depresión de la que salió como pudo, es decir,
a golpe de fiestas, farándula y bastante alcohol. Una mujer vital, que según
contó Vicente Molina Foix, le describió así su adiós al infierno: “Fui al metro
decidida a matarme, pero al ir a sacar el billete ligué, y en vez de tirarme al
tren me tiré a la taquillera”.
Jorge de Cascante recuerda que el día
en que le propusieron armar su libro lo primero que hizo fue ver varios cortes
de telediarios del día en que murió la poeta, “y en todos se referían a ella
como ‘una niña grande”. Luis Antonio de Villena se suma al reproche a ese
manido lugar común. “Cuando falleció Gloria la televisión estatal, que tanto la
había querido, espetó muy seria esta vulgaridad: ‘Ha muerto la autora de Un
globo, dos globos, tres globos’. Para mí aquello fue llamativo.
La noticia salía al principio, en el
sumario, con las noticias importantes del día, pero la degradaba. Alguien con
su obra no podía quedar reducida a eso. El sambenito de la poeta infantil le
hizo mucho daño.
PAROLE NERE..."DE RATONES Y HOMBRES"
DE RATONES Y HOMBRES
George y
Lennie son los protagonistas de esta historia ambientada en la América de los
ranchos, las botas de montar a caballo con espuelas, las penurias económicas,
los viejos granjeros y trabajadores con barba y tejanos, los caballos y mulas
de trabajo, las cosechas, etc.
George aparece como un personaje pobre, infeliz, que sueña con un pedazo de tierra con casa y huerto donde vivir tranquilo y sin preocupaciones, al cuidado de Lennie, un retrasado mental o deficiente con fuerza bruta, bonachón y enorme, que no controla las situaciones que se le presentan terminando todas trágicamente. Lennie necesita a George, y George no puede abandonar a Lennie.
Han ido huyendo de trabajos anteriores fallidos por las meteduras de pata de Lennie, y guardan esperanza en el último rancho que presenta la historia, donde esperan conseguir dinero suficiente para ir tirando.
George aparece como un personaje pobre, infeliz, que sueña con un pedazo de tierra con casa y huerto donde vivir tranquilo y sin preocupaciones, al cuidado de Lennie, un retrasado mental o deficiente con fuerza bruta, bonachón y enorme, que no controla las situaciones que se le presentan terminando todas trágicamente. Lennie necesita a George, y George no puede abandonar a Lennie.
Han ido huyendo de trabajos anteriores fallidos por las meteduras de pata de Lennie, y guardan esperanza en el último rancho que presenta la historia, donde esperan conseguir dinero suficiente para ir tirando.
Allí conocen
al mulero imponente, joven y pacífico Slim; el viejo barbudo manco y soñador
Candy; con quien planeaban comprar una parcela para vivir los tres; al pequeño
peleón iracundo Curley; a la atrayente y peligrosa ante los hombres mujer de
Curley; al peón del granero negro Crooks, con su torcida columna, su soledad y
sus miserias por tenerle apartado del resto; al segundo mulero, Carlson que
consiguió su deseo de matar al viejo, maloliente y enfermo perro ovejero de
Candy; y a Whit, un trabajador más del rancho.
George siempre se queja de tener que aguantar a Lennie, de los problemas que ocasiona, de su estupidez y su poca memoria, de no cumplir sus indicaciones… Pero no puede dejarle, le necesita para conversar, como compañía, alguien a quien contar cosas aunque no escuche o no entienda.
Lennie no puede estar solo, no se vale por sí mismo, y necesita a George. Le obedece en todo, le pide que le cuente los planes de futuro, le sigue a todos lados, le tiene como su guía, protector y es el que le ordena qué hacer en cada momento, y él lo hace.
Ha matado ratones y un cachorro de perro por acariciarlos y no medir su fuerza.
George siempre se queja de tener que aguantar a Lennie, de los problemas que ocasiona, de su estupidez y su poca memoria, de no cumplir sus indicaciones… Pero no puede dejarle, le necesita para conversar, como compañía, alguien a quien contar cosas aunque no escuche o no entienda.
Lennie no puede estar solo, no se vale por sí mismo, y necesita a George. Le obedece en todo, le pide que le cuente los planes de futuro, le sigue a todos lados, le tiene como su guía, protector y es el que le ordena qué hacer en cada momento, y él lo hace.
Ha matado ratones y un cachorro de perro por acariciarlos y no medir su fuerza.
Se pone
nervioso y produce daños al no controlar a la otra persona si ésta le pega
(como Curley, a quien rompió la mano), si se mueve (como a la muchacha a quien
no soltó su vestido en el anterior rancho), o a la mujer de Curley (a quien
mata con su enorme fuerza después de acariciar su suave cabello y ella hartarse
de ello porque se lo iba a enredar).
Tras este suceso, George se queda tristemente pensativo, fija su mirada en el suelo, en la mujer muerta, susurrando palabras.
Como sorprendente final, George mata a Lennie de un disparo entre los matorrales mientras le cuenta los planes para el futuro, y se va después con Slim y los demás del rancho.
Tras este suceso, George se queda tristemente pensativo, fija su mirada en el suelo, en la mujer muerta, susurrando palabras.
Como sorprendente final, George mata a Lennie de un disparo entre los matorrales mientras le cuenta los planes para el futuro, y se va después con Slim y los demás del rancho.
PAROLE NERE..."RMT & MAY ACEBES"
Recomendacións Literarias - 14/03/2017 - Por May Acebes
"El extranjero" de Camus e "4 xinetes" de Anxo Fariña son as dúas recomendacións literarias que nos deixou esta semana May Acebes. A frase da semana é de Boris Vian
jueves, 9 de marzo de 2017
PAROLE NERE..."MI QUERIDA HIJA HILDEGART"
Mi querida hija Hildegart
Autora: Carmen Domingo
Una historia que conmocionó a la España de la Segunda Repúblic
La hija creada, la hija destruida, Hildegart Rodríguez (1914-1933)
La historia de Hildegart Rodríguez es la historia de una niña víctima de las locuras y paranoias de su madre, una mujer demente que le dio la vida y luego se la quitó. Aurora Rodríguez hizo de Hildegart una niña prodigio a la búsqueda de una raza de seres humanos puros y perfectos. Cuando Hildegart quiso volar del nido, su madre no lo consintió y no dudó con terminar con su vida. Con la vida de su propia hija.
El capricho de la heredera
Hildegart Rodríguez nació el 9 de diciembre de 1914 en Madrid. Su madre, Aurora Rodríguez, es una mujer que pertenecía a una rica familia de Galicia. Cuando Aurora quedó huérfana de padre heredó una importante fortuna familiar. Tenía 35 años y la cabeza repleta de mensajes recibidos de las múltiples lecturas a las que dedicó todo el tiempo que no fue educada de manera convencional. Marx, Nietzsche y, sobretodo, las nuevas ideas sobre la raza y la eugenesia que defendían la creación de seres puros y superiores al resto de la humanidad, calaron hondo en Aurora.
Su misión en la vida fue entonces engendrar uno de esos seres perfectos. Buscó a un hombre para que la dejara embarazada y se marchó a Madrid donde Hildegart nacería en el invierno de 1914. A pesar de que durante un tiempo el padre pudo visitarla, cuando Aurora vio una posible influencia paterna en la pequeña le prohibió que volviera a verla.
La niña prodigio
Aurora empezó entonces su proyecto de crear una niña perfecta. Aislada del mundo infantil, su madre sometió a Hildegart a una más que estricta educación y vigilancia constante. La primera fase de su aberrante proyecto dio sus frutos. Con tan solo tres años, Hildegart hablaba, sabía leer y escribir y con ocho conocía otras lenguas como el inglés, el francés y el alemán. Con trece años terminó el bachillerato y empezó derecho, carrera de la que se licenció con diecisiete años. Filosofía y letras y medicina fueron otras carreras que también estudió.
En todo este tiempo de estricta educación, Hildegart empezó a ser conocida por su excepcional currículum académico y fue invitada a dar conferencias y a participar activamente en la vida política en las filas del PSOE y del sindicato UGT.
Implicada en distintos temas sociales, Hildegart ayudó con sus conocimientos y su fama a la iniciativa del doctor Gregorio Marañón de crear la Liga para la Reforma Sexual Española en defensa de la emancipación de la mujer tanto en la educación, la libertad sexual como en la igualdad de derechos. Su monografía sobre la Revolución Sexual llegó a vender ocho mil ejemplares en la capital española en sólo una semana.
La niña rebelde
Mientras Hildegart crecía, estudiaba y participaba en distintas campañas políticas, la sombra de su madre prevalecía siempre a su lado. Aurora revisaba y controlaba todos los movimientos de su hija a la que dirigía en silencio desde su nacimiento.
Pero era inevitable que tarde o temprano Hildegart quisiera volar libre y cortar de una vez por todas el rígido cordón umbilical que aún le unía involuntariamente a su madre. Su capacidad de trabajo y su fama que ya era internacional la hicieron entrar en contacto con grandes intelectuales del momento. Uno de ellos, el famoso escritor inglés, H.G. Wells, la visitó en Madrid y le propuso que viajara con él a Londres donde le ofrecía un trabajo como su secretaria.
Ya en distintas ocasiones Hildegart había intentado alejarse de su madre o había empezado a arreglarse e incluso a flirtear con algún chico. Como toda respuesta de su madre, recibía una amenaza de suicidio.
La niña destruida
La proposición de Wells fue posiblemente la que desató la última paranoia de aquella mujer demente. Empezó a creer que una conspiración secreta quería arrebatarle su gran obra, creyendo que todo el tiempo y el esfuerzo invertido en Hildegart iría a parar a otros.
Ante la disyuntiva de dejar marchar a su hija o continuar agarrándola con fuerza, Aurora no pensó otra cosa que una solución drástica: deshacerse de ella. Ella la había creado, ella la destruiría. Así, el 9 de junio de 1933, cuando Hildegart dormía, Aurora la mató disparándole cuatro tiros a bocajarro.
Terminaba así una truculenta, triste y desdichada historia.
Aurora Rodríguez fue condenada a veintiséis años de prisión. Durante la Guerra Civil su rastro desaparece en el manicomio de Ciempozuelos.
La historia de Hildegart, una niña del bando perdedor, fue sepultada durante los años de la dictadura. Su triste y dramático final ensombreció la vida prodigiosa de esta mujer.
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